lunes, noviembre 17, 2008

Pensamiento alternativo en Latinoamérica (2)


El mestizaje invoca de un modo paradigmático la ontología social latinoamericana. La enorme masa autóctona abre su plasmática sustancia al apetito sexual del europeo mediante violentas cópulas inspiradas por la mera animalidad de ese apetito demorado. Proceso tumultuoso que se multiplica aritméticamente en un comienzo y se desmadra más tarde cuando los cuerpos involucrados en la bacanal sexual remiten no solo a la piel broncínea del americano, sino también al ébano palpitante de la piel negra o al rostro azafranado de los orientales ingresados a estas tierras dando continuidad al proyecto colonizador nordatlántico.
Pero ese hijo del deseo unilateral y del amancebamiento forzoso fue numéricamente invadiendo el territorio con su policroma singularidad y su explosiva psicología constituida por antinómicos sentimientos: humillación, inferioridad, orgullo, soberbia. Su genética fusionaba la codicia y la curiosidad europeas con la fortaleza y la serenidad de las etnias originarias. Fue conjeturando un futuro que conjugara el ecológico habitar del espacio con la luminosa promesa de un mundo humanizado por una episteme eficaz. Fue apropiándose de los mecanismos estatales para autogobernarse, con copias y con innovaciones. La hibridación abarcaba toda la vida social sin que ello implicara un reconocimiento social generalizado. Antes bien, siempre el conquistador-colonizador reservó para sí la medida de lo eugenésico.
Los procesos de constitución de las naciones modernas latinoamericanas guardan ambiguos mecanismos de supeditación y de reconocimiento estratégico de las masas mestizas. Solo en el último siglo el pueblo mestizo comenzó a probarse los atributos ontológicos que 500 años de historia sedimentaron.
Pero solo el presente es genuina y desacomplejadamente híbrido. La flor del mestizaje se abre para exhibir su colosal diversidad. Se trata de que el mestizaje actualice su polivalente potencia: que haga estallar la diversidad como centro descentrado de una sociedad monstruosamente democrática.

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