martes, enero 27, 2009

LA MINUSCULIDAD DE LA HISTORIA



El canto popular encierra enseñanzas profundísimas sin apelar jamás a la pedantería propia del científico o cientista social. La discursividad poético-popular invita, sugiere, convida. No se trata de la necesidad de que se reviste el trabajo supuestamente científico para hablar de cuestiones escasamente susceptibles de ser abarcadas por aseveraciones apodícticas. Poco afecto al folklore tradicional y mucho más permeable a las expresiones contemporáneas de la música popular sentí, sin embargo, una extraña sensación de haberme acercado a ciertas confirmaciones para mi débil modo de entender la realidad. Escuchaba aleatoriamente la canción de Polo Giménez, Paisaje de Catamarca y en su simpleza descriptiva me pareció que muchas cosas se tornaban más transparentes. El autor refiere una realidad casi onírica, no solo por la belleza natural que procuran magnificar sus versos, sino por el extraordinario mérito de estar planteando un modo de vida que se aleja de la conflictividad. Hombre, paisaje y animal están hermanados en una vida bucólica que parece constituirse con total independencia respecto del mundo dinerario. La reproducción de la vida parece hallarse al servicio de una mirada estética del mundo: la disposición de los caminos, el moroso estancamiento de las cosas que, sin embargo, tienen vida confiere al momento descripto un gozoso tinte de eternidad en la modestia, en la frugalidad, en lo minúsculo. De pronto sentí la confirmación para algunas de las intuiciones que confieren forma peculiar a mi vida. Sentí que la grandeza de la vida no está en la Gran Historia, en el Gran Escenario, sino que fundamentalmente se encuentra en la cotidianidad.

1 comentario:

  1. Como dijo heráclito, si es que lo dijo: Aquí también hay dioses.
    Bonito texto,muy sugerente.

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