sábado, abril 08, 2006

la filosofía en Latinoamérica

Muchas décadas de preguntas estériles acerca de la existencia/inexistencia de la filosofía en Latinoamérica han sido, por cierto, inconducentes para modificar el "estatuto profesional o gremial" de quienes cultivan un modo de pensar "filosofado" en el ámbito cultural latinoamericano. En rigor, los filósofos latinoamericanistas han abusado de su necesidad de ser tenidos en cuenta en la comunidad técnica de los expertos y finalmente han asomado al mundo de la filosofía seria de la mano de renovadas hermeneúticas de los filósofos clásicos universales. Y esto no deja de ser una desazón existencial. No porque soñemos el "pensar chauvinista indígena", sino porque atamos nuestra pregunta visceral al carro triunfal del pensamiento oficial y único.
Tal vez sea necesario renunciar a la pretensión de hacer en Latinoamérica "Filosofía Latinoaméricana", porque tal expresión puede ser una contradicción en sus propios términos. Tal vez la filosofía no es más que un discurso especial de ciertos iniciados en un saber universal. O dicho de otro modo: el nombre "filosofía" conviene exclusivamente a cierta reflexión teórica iniciada en Grecia y continuada por las sucesivas civilizaciones occidentales, dotada de un conjunto de términos teóricos irrebasables.
A veces uno siente, con otras tantas personas, la frustración para la legítima obstinación de reclamar el nombre de "Filosofía Latinomericana" para una reflexión política, sociológica cuyo referente es la vida, acciones y pensamientos de las grandes mayorias populares de esta parte del mundo. Frustración o desencantamiento que deviene del desconocimiento que de ese esfuerzo encontramos entre los mismos especialistas de la Filosofía Latinoamericana que han optado por un proceso ontologizador que presupone la inevitabilidad de mirarse en el espejo del ser pensado por los europeos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario