lunes, marzo 23, 2020

Corona virus, biopolítica y anarquía.

El corona virus existe. Es un organismo muy primitivo al que no se le puede asignar responsabilidad moral por su letalidad. La inteligencia ideológico-política de la Humanidad contemporánea es el hospedador racional del genoma de ARN que conforma al diminuto depredador. Es unánime, a nivel mundial, la preocupación estatal por la salubridad biológica de la población, es decir la obsesión biopolítica por las poblaciones, concepto eminentemente ecológico. Pero en este encarnizamiento higiénico se está dejando de lado o secundarizando los problemas que los seres humanos tenemos por ser seres culturales-políticos. Somos animales y como tales debemos contrarestar al invasor para no morir, pero somos especiales animales tecnológicos, "espirituales", que también morimos por no cumplimentar una vida con calidad y dignidad propia de nuestras necesidades y deseos un tanto más sofisticados que las elementales necesidades biológicas. Es necesario que nuestras inteligencias sensibles se unan para expulsar al virus y para poner en jaque la preocupación unilateral que los estados están mostrando en todo el mundo al transformar la Tierra en un gran hospital, donde la preocupación es meramente controlar la morbilidad y la mortalidad sin ningún otro tipo de consideración diferencial. Quizás sea la hora de una gran huelga general, porque si pensamos un poco, advertiremos que el poder estatal -a través de sus instrumentos de logística cotidiana: el dinero y el lucro- son creaciones adventicias que pueden perfectamente ser sustituidas por la organización productiva autónoma de las multitudes. El ímpetu estatal por preservarnos vivos indiferenciadamente (es decir explotados, segregados, marginados, piramizados, imbecilizados) se condice con una macro maniobra del capital, que, a pesar de su exhibición militar-policial de poderío, es débil cuando minimiza el deseo de libertad y vida digna de las multitudes. Es posible comprender la enorme capacidad que tenemos para enfrentar la pandemia cuidándonos, pero cuidándonos con el objetivo de salir de ella emancipados de toda tutela paternalista. Autogestión, cooperación, ayuda mutua, solidaridad. Hoy más que nunca el viejo saludo anarquista cobra sentido SALUD Y ANARQUIA.

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