lunes, febrero 04, 2008

la utopía consumada




Resistir desde el dolor no debe obnubilar nuestra percepción de la utopía que deseamos construir. Pero lo utopía no puede ser eternamente un horizonte que se desplaza: eso es una ilusión. Como los lagos de las carreteras que siempre anuncian el frescor de un mar que no existe. La utopía tiene que ser carga de la rebeldía y la resistencia. El goce que posponemos para ese futuro resarcido tiene que consumarse en nuestro actual cuerpo, en nuestra actual manera de conectarnos con lo que es. No se trata de un egoísmo de contemporaneidad, sino que es más bien la realización de nuestra frágil manera de insertarnos en el continuum de la realidad. El hombre que goza hoy es el responsable de la criatura que mañana habitará el mundo en el goce. El sufrimiento presente genera condiciones iniciales paupérrimas para el futuro ser…Nuestra desgracia actual no habrá redimirse en el espejismo de la utopía.
Resistir, destruir y proponer los límites nuevos de nuestro cuerpo elevado a la dignidad de fin: es el camino modesto de volvernos definitivamente humanos…