sábado, diciembre 10, 2005

Las transformaciones irreversibles.

Las transformaciones se vehiculan como liquidos, como sustancias inconscientes. Se producen nuevas figuras, nuevos cuerpos, nuevas subjetividades que no se han escogido, que no se han buscado deliberadamente: son fruto de aquellos derrames inconscientes. Y de golpe nos vemos disfrazados. Nos vemos en espejos que nos devuelven imágenes paradojales. Somos nosotros y somos otros de nosotros. Tenemos en nuestras manos los artefactos que las tecnologías han producidos y los usamos con una lógica impecable. Pero de pronto nos damos cuenta que no tenemos nada que decir, nada que agregar a lo existente. Porque nuestras palabras pertenecen a otro mundo, a otro transcurrir. Estamos recubiertos por el líquido y hasta podemos fulgurar como los ciudadanos ¿paradigmáticos?. Pero por dentro somos inconmensurablemente distintos. Porque somos la emergencia de otra historia. Una historia que es menester memorizar, poner a luz, transparentarla. Porque de lo contrario seguiremos recubiertos por los líquidos extraños que se nos vuelven familiares en su irreversibilidad.