lunes, marzo 09, 2009

1. La proletarización de la filosofía (acerca de las nuevas tareas del filosofar argentino –latinoamericano-)


Distintas razones han llevado a que una parte importante de los estudiantes de las carreras de filosofía de las universidades nacionales provienen de estratos sociales medios y bajos. Por cierto que esta novedosa proletarización del origen estudiantil, lejos de implicar una estigmatización, señala una y otra vez la necesidad de redefinir las pretensiones epistemológicas y prácticas del saber filosófico que, inevitablemente hecha a batir sus sutiles alas desde las poderosas marcas que la historia deja en el cuerpo del sujeto del filosofar. Esta nueva encarnadura sociológica del futuro agente del filosofar -novedosa por cierto en un campo intelectual en el que el capital simbólico de sus integrantes constituía un antecedente relevante- es el preanuncio de nuevas preocupaciones, de nuevos desarrollos, de nuevas sensibilidades, de nuevas calibanidades. Al endémico (por su histórica irresolución) reclamo por la injusta distribución de la riqueza, los nuevos Calibanes añaden la reivindicación de la definitiva liberación femenina respecto de esquemas patriarcales subsistentes, la habilitación moral de las preferencias sexuales no tradicionales, la liberación de la cultura respecto de toda preceptiva restrictiva, la experimentación de nuevas formas de autogobierno y de representación política, etc. Bajo el aparente caos, o anómala dispersión, se detecta la ley que hace coherentes a todos los reclamos calibánicos: el elogio de lo alternativo, el rechazo de la tradición y el dogmatismo, la reivindicación de la singularidad frente a la tiranía abstracta de lo universal, la resistencia a todas las formas de opresión. Por todas partes el inconformismo constituyente se expresa ruidosamente, como si la vida tanto tiempo exiliada retornara por la revancha. Pareciera que la ignominia viene a reclamar justicia. Pareciera que los explotados reclaman desde sus cuerpos la abolición de toda tiranía.