domingo, agosto 26, 2012

Rencuentro Internacional del Anarquismo en Saint Imier, Suiza, Agosto del 2012 (2)





La descentración del anarquismo



Europa ya no es el centro ontológico. Ya no giran las cosas en derredor de sus situadas subjetividades, universalizadas o naturalizadas, sin embargo, como encarnación arquetípica de lo humano. El anarquismo es mucho más que la enunciación y práctica ejercida por ese limitado sujeto que desconoce los avatares y derivas constituyentes de la humanidad en su vastedad infinitamente dispersa en el espacio y el tiempo. El anarquismo latinoamericano, su presencia descentrada, su descentrada vitalidad, conforma uno de los rostros que desafía aquella indiscutida centralidad, fuertemente vigente en el siglo XIX, de la sustancialidad europea. La singularidad del anarquismo latinoamericano que vehicula sus demandas universales (denuncia de la explotación de las volubles formas del poder) en avatares idiosincrásicos que no copian meticulosamente los pasos históricos dados por los libertarios clásicos. La presencia de la marca indígena, por ejemplo, hace del anarquismo en Latinoamérica una aportación enriquecedora. A la gelatinosa sustancia del anarquismo se le añaden voces que denuncian la universal explotación desde epistemes anómalas que acercan a la política nuevas maneras de pensar las figuras concretas de lo que habrá de ser el devenir ácrata

miércoles, agosto 15, 2012

Rencuentro Internacional del Anarquismo en Saint Imier, Suiza, Agosto del 2012




Anarquismo: los anarquismos.....


El anarquismo, por su negación de fundamentos últimos transhistóricos, por su negación de un principio único y luminoso trascendente, no puede jamás rematar en posiciones hegemónicas. Necesariamente el anarquismo es monstruoso, un animal multicéfalo. En St. Imier, Suiza en el Rencuentro Internacional del Anarquismo se pudo constatar la riqueza de esa negación de la unicidad. Una multitud de anarquistas compartimos la convicción de que hay muchos anarquismos (aun cuando todos ellos remitan a la idea de libertad, como sostén anómalo, amorfo y movedizo de lo que significa definirse como anarquista). En una serie sucesiva de notas iré dando cuenta acerca de lo que este Rencuentro significó en la proliferación descontrolado de ideas, que no pueden nacer sino del encuentro con el otro, con la soberana libertad de su otredad. 



No es un jaguar el universo.
No  veo su belleza  desparramada  por doquier.
No  siento  la cadencia  de su  aliento  almizclado.
Ni  observo que su  dorada  e  impaciente  piel 
ofrezca  generosa  ante mis  enamoradas manos
sus  arduos e  infinitos  símbolos de vida.

No es un jaguar el universo.
Más bien parece un  tosco acopio
de seres inconscientes,  de inanimados entes.
No sopla  el aire  primordial  que al  todo religaba
ni  su piel  de ozono   acaricia  la    promisoria inquietud
de la esperanza que brota de la existencia en ciernes.

No es un jaguar el universo.
Más bien es una grosera construcción de los humanos,
donde la muerte no  brota  del azar  ni del instinto ciego,
sino una trampa que planifica la  pura razón, el límpido intelecto, 
donde  el dolor es un gesto  del rito cotidiano de la competencia
que, civilizadamente,  se celebra   en cada lugar, en  todas partes.

No es un jaguar el universo.
No  lo  veo enamorarse en ciclos de pasión  y de ternura frugal,
ni  duerme las siestas  en el inocente ocio de la virginal jungla.
No juega  por jugar con sus  ingenuos cachorros
Ni se permite  soñar  un mundo reencantado por la magia.
Es un universo que  goza  la disputa por  las presas,
que  sólo siente hambre.

No es un jaguar el universo.
Ni siquiera es un  animal.  Es la mecánica obra  de algunos hombres.
Se  mide  en años luz  y  en precisos micrones.
Lleva nombres científicos,  tiene un peso,   se compra,  se liquida.
Es una ciega  galería de  herméticos seres  que entre si se ignoran,
que  se desbrozan  impávidos en nombre de la razón,   
que se  ufanan de  desobedecer las leyes dolorosas del instinto.

Abelardo Barra Ruatta